El próximo lunes, 5 de junio, tendrá lugar la proyección del documental “El sueño de Suko. África de costa a costa en un ultraligero” a las siete y media en Ibercaja (C/ San Ignacio de Loyola, 16). La sesión estará dirigida por José María Elósegui Itxaso, director y realizador de documentales para cine y televisión.
“El sueño de Suko. África de costa a costa en un ultraligero” es un documental en el que, como dice su realizador José María Elósegui, “tres amigos” emprendimos la aventura de cruzar África. Sus compañeros de viaje fueron el suizo Oliver y el sudafricano Mike, quienes querían celebrar los años de aviación cruzando África de costa a costa, siguiendo los pasos de Livingstone.
A esta intención se une hacer realidad el sueño de Suko un sabio bosquimano del Desierto del Kalahari, en Namibia (África) que pertenece al pueblo de los San, una de las pocas tribus que siguen siendo caradoras-recolectoras y por lo tanto siguen con su ancestral modo de vida.
Suko, siguiendo las tradiciones de su tribu, debe localizar al dios de las aguas y pedirle que perdone a su pueblo por desviarse de su tradicional forma de vida, puesto que habían empezado a domesticas avestruces, y vuelva a poner la barrera acuática (Cataratas de Victoria) que les protegen de la agresividad de los pueblos.
LOS BOSQUIMANOS O SAN DEL KALAHARI
Los bosquimanos o san (bosquimano es un término holandés) del Desierto del Kalahari, en Namibia (África) son un pueblo de cazadores-recolectores. Se organizan en pequeñas hordas autónomas unidas por lazos de sangre o matrimonio de entre 20 a 100 individuos. Pueden visitarse unas hordas a otras individualmente, para ver a algún familiar, o en pequeñas partidas, par intercambios comerciales (comida, pieles, armas y adornos), por un breve espacio de tiempo. Adornan su cara y cuerpo con cicatrices que suelen designar a la tribu.
Las familias de bosquimanos se agrupan durante la estación seca alrededor de un pozo, y en la estación de lluvias se esparcen por el territorio que poseen en común. Cada familia obtiene su propia comida. La mujeres recogen raíces bayas, insectos y animales pequeños. También almacenan agua y madera para el fuego. Los hombres se ocupan de la caza para la que utilizan el arco y las flechas.