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LA MIRADA CRÍTICA DE FRANCISCO DE GOYA, EN ALFARO

- “La mirada de Goya” se muestra del 4 al 20 agosto, en el antiguo Ayuntamiento de la localidad riojana

- La muestra, organizada por Ibercaja, presenta el primer Autorretrato al óleo que se conoce de Goya y una selección de 32 grabados

- Se exhibe la serie completa de litografías “Los toros de Burdeos”, un raro conjunto que sólo los grandes museos poseen
LA MIRADA CRÍTICA DE FRANCISCO DE GOYA, EN ALFARO

LA MIRADA CRÍTICA DE FRANCISCO DE GOYA, EN ALFARO En la imagen, el Autorretrato de Goya. Esta obra junto con 32 grabados y con la serie de litografías “Los toros de Burdeos” forman parte de la exposición itinerante que visita Alfaro del 4 al 20 de agosto

(ALFARO, 4 AGOSTO). -La muestra “La mirada de Goya” está presidida por el primer Autorretrato que se conoce del artista aragonés, realizado entre 1770-1775. El magnífico óleo va acompañado de la serie completa de 32 grabados -“Los toros de Burdeos” y una selección de los Caprichos, Tauromaquias, Desastres de la guerra y Disparates- componen la exposición “La mirada de Goya” que, organizada por Ibercaja, con la colaboración del Ayuntamiento de Alfaro, se inaugura hoy en la Sala de Exposiciones del Centro cultural, turístico y medioambiental situado en el edificio del antiguo Ayuntamiento de Alfaro (Plaza de España, 1). La guerra, la crueldad, la ignorancia, la pobreza y la realidad de una sociedad vista desde la mirada crítica e inteligente de Francisco de Goya son los motivos principales de la exposición formada por fondos de la colección de la Caja aragonesa.

Ibercaja ha organizado la exposición “La Mirada de Goya” en Alfaro con motivo de las fiestas patronales de San Roque y San Ezequiel. La muestra se prolongará hasta el 20 de agosto. Esta tarde ha sido presentada a los medios de comunicación riojanos por Fernando Galdámez, Director General Adjunto de Ibercaja; José Luis Lasala, Responsable de Acción Cultural de la Obra Social y Cultural de Ibercaja, y Tomás Martínez, Alcalde de Alfaro.

Todas las piezas que se exhiben en la exposición son parte de la colección goyesca de Ibercaja. Esta muestra se compone de nueve óleos del artista aragonés y cuatro series completas de litografías: Los Caprichos, Los Disparates, La Tauromaquia y los Desastres de la Guerra y la serie de grabados, Los Toros de Burdeos.

El catálogo de la muestra constituye un práctico libro de consulta sobre algunos aspectos de la figura de Goya. El profesor de la Universidad de Zaragoza, Arturo Ansón Navarro, realiza un excelente análisis del significado de las cuatro series de estampas y de la mirada de Goya sobre los defectos, las miserias y las tragedias de su tiempo, trasladables a cualquier sociedad y a cualquier época.

Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, Zaragoza, 1746-Burdeos 1828) ha pasado a la historia como uno de los primeros artistas que puso en tela de juicio su mundo y todo cuanto le rodeaba. En algunos de sus lienzos y en la mayor parte de sus grabados los protagonistas son la crítica, la denuncia y la sátira.


AUTORRETRATO DE GOYA

Francisco de Goya se autorretrató veinticinco veces a lo largo de su vida. Lo hizo de tres formas diferentes: pintando cuadros de sí mismo, formando parte de la escena o reflejando su mirada en las figuras de otras personas y, por último, introduciendo en el cuadro utensilios y símbolos de su oficio de pintor.

Entre los numerosos autorretratos de Goya, el de esta exposición es el más antiguo que se conoce. Los expertos coinciden en destacar que este autorretrato es una de sus primeras obras maestras de juventud. El cuadro fue ejecutado antes o tras su regreso de Italia y, en todo caso, antes de su partida definitiva a Madrid, en 1775. El historiador de Arte, José Gudiol propone la idea de que Francisco de Goya se retratase con motivo de su matrimonio, en 1773, con Josefa Bayeu, hermana del pintor Francisco Bayeu.

El cuadro está pintado al óleo sobre lienzo y tiene unas medidas de 58 por 44 centímetros. Representa la cabeza y el busto del joven pintor, de frente, ligeramente hacia la derecha, destacando el rostro en tonos claros, sobre la oscuridad del pelo, de la casaca y del fondo, abocetados.

Existen varias réplicas de este cuadro, que se realizaron durante el siglo XIX. Una de ellas se encuentra en el City Art Museum de San Luis, en Estados Unidos, y otra en el Museo de Bellas Artes de Zaragoza.


LOS TOROS DE BURDEOS

El público de Alfaro podrá contemplar también la serie completa de litografías de los "Toros de Burdeos", realizada por Francisco de Goya en 1825. Ibercaja adquirió y restauró en el año 2000 este raro conjunto de cuatro litografías del que sólo se tiraron cien ejemplares y que sólo los grandes museos y algunos coleccionistas conservan completo.

El lote está formado por cuatro estampas: "El famoso Americano, Mariano Ceballos", "Bravo toro", "Dibersión de España" y "División de plaza o plaza partida". Las piezas miden 31 por 42 centímetros, aproximadamente.

Según el historiador de arte Mayer, "Los Toros de Burdeos son las mejores litografías que se han producido antes y después de Goya". Goya realizó esta serie de litografías a los 79 años, durante su exilio en Burdeos. El pintor, con sus facultades físicas muy mermadas, utilizaba una lupa para suplir su defecto de visión. Los "Toros" suponen una novedad respecto a los grabados más conocidos del pintor aragonés, ya que están realizados en la técnica de la litografía, que comenzó a utilizarse en Europa a principios del siglo XIX.


LOS CAPRICHOS, CRÍTICA SOCIAL

Los Caprichos, en palabras de E. Lafuente Ferrari, son “la visión conflictiva del hombre y de la sociedad española en un momento de crisis histórica.” Francisco de Goya terminó esta serie, de la que se muestran 9 piezas, en 1799.

Junto a su carácter social, las planchas de esta serie sirvieron para mostrar la capacidad creativa del artista de Fuendetodos, su imaginación y su dominio del aguafuerte y el aguatinta, que supusieron su consagración como grabador.

En las estampas, Goya mezcló lo ilustrado y lo popular para hacer una sátira de los vicios y defectos de la sociedad de su tiempo y de la supersticiones; ni siquiera la Inquisición, con los peligros que ello conllevaba, se libró de la crítica. No faltan en esta serie las brujas, frailes, pobres, prostitutas, “asnos”, personajes de los que se servía para simbolizar la ignorancia y la superchería que quería desterrar de España.



LOS DESASTRES, LA CRUELDAD DEL SER HUMANO

Entre 1810 y 1814, Francisco de Goya prepara Los desastres de la Guerra, la que sería su serie de grabados más dramática, aunque por razones políticas no fueron editados hasta 1863. Son ochenta y dos estampas ejecutadas con técnicas distintas combinadas, de las que en Alfaro se exponen 11.

Los Desastres son un alegato contra la guerra en general y contra la violencia que genera. En esta serie, el artista hace una reflexión cruda y descarnada sobre el hombre inmerso en una situación bélica que trae consigo crueldad, violaciones, muerte, hambre y miseria.


LA TAUROMAQUIA, HISTORIA DEL TOREO

La tercera gran serie de grabados de Francisco de Goya fue La Tauromaquia, compuesta de treinta y tres grabados y puesta a la venta en 1816. Es una magnífica visión de la fiesta taurina, las distintas “suertes” del toreo junto a momentos de triunfos, accidentes y desgracias de los diestros, aparecen reflejadas en las estampas. En esta exposición se muestran dos de estos grabados.

En este trabajo, el artista aragonés quiso hacer una historia del torero en España, cronológicamente, desde la Edad Media hasta llegar a los toreros más famosos de su tiempo, como el aragonés Antonio Ebassun Martinchu, el sevillano José Delgado Pepe Hillo o su admirado Pedro Romero.

Destaca la calidad técnica, el intenso dramatismo de las faenas, toros nerviosos y captación del movimiento, pero “la gente – afirma el profesor Ansón- no apreció la calidad y el valor artístico de La Tauromaquia y prefirió otras imágenes taurinas más convencionales”.


LOS DISPARATES, EL SUEÑO DE LA RAZÓN

Comenzó a preparar esta serie en 1816, pero debió dejarla sin concluir cuando marchó a Francia en 1824, tras abandonar voluntariamente España ante la vuelta al absolutismo; por ello, las estampas no fueron editadas en vida del artista. De las 22 planchas que componen la serie, dieciocho fueron editadas en 1864 por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y las cuatro restantes se publicaron en París en 1877. En Alfaro se cuelgan seis de estos grabados, difíciles de interpretar por sus enigmáticas imágenes y porque carecen de una unidad lógica narrativa.

La mayoría de los asuntos plasmados en Los Disparates ya habían sido tratados por Goya en Los Caprichos, pero ahora lo hace en un sentido más irracional y grotesco. Muestran a un Goya en su vejez, pesimista, desesperanzado ante la situación de España, que juega con personajes ridículos, esperpénticos e irreales, para mostrar las pasiones más bajas y las debilidades del ser humano.

La exposición que Ibercaja ha organizado, recoger la mirada de Goya sobre la época en la que le tocó vivir, a través de una selección de grabados del artista y de su propio Autorretrato. Sin embargo, concluye Arturo Ansón en su estudio, “muchos de los defectos y de los problemas que Goya reflejó con sentido crítico en sus grabados siguen hoy sin corregirse ni resolverse”.


GOYA GRABADOR

Goya, junto con Durero y Rembrandt, son las grandes figuras de la historia del grabado. Con la aparición de Goya, en cierto modo cambia el concepto del grabado, no ya en la técnica, sino en la manera de solucionar las formas y en las imágenes que estampa.

La dimensión como grabador de Francisco de Goya, aunque no tan conocida, resulta equiparable a la que alcanzó como pintor. De la amplia y variada producción gráfica del artista aragonés, las series más relevantes son Los Caprichos, Los Desastres de la guerra, La Tauromaquia y Los Disparates. La evolución de la obra gráfica del artista culminó en las litografías de Los Toros de Burdeos, realizadas a los setenta y nueve años.

Francisco de Goya comenzó a grabar en su juventud, en la década de los 70 del siglo XVIII. Durante estos años, ejecutó algunos grabados de temática religiosa, al aguafuerte, técnica por la que sintió predilección. Ya en Madrid, en 1778, realizó once grabados que reproducían obras de Velázquez.

En su faceta de grabador, Goya utilizó varias técnicas. La principal, el aguafuerte, que consiste en recubrir una plancha de cobre con un barniz protector, después se calca sobre ella el dibujo y con una punta metálica redondeada se redibuja en el barniz, rayándolo. Luego se sumerge en un baño ácido que corroe aquellas partes en las que se ha levantado el barniz.

Otras técnicas son el aguatinta, complementaria del aguafuerte para obtener distintos tonos, y la aguada, similar al aguafuerte, pero en vez de sumergir la placa, se aplica el ácido con un pincel mojado en las zonas desprotegidas.

La litografía, técnica que Goya utiliza en “Los toros de Burdeos” consiste en dibujar con lápiz o tinta grasa sobre una plancha lisa de piedra, sin realizar incisiones. El dibujo se fija aplicando una solución ligera de ácido, después se entinta con rodillo y se estampa en el papel con una prensa. La estampación puede multiplicarse sin peligro de erosión de la plancha y admite la realización de retoques.



EXPOSICIÓN:
LA MIRADA DE GOYA

LUGAR:
Sala de Exposiciones del Centro cultural, turístico y medioambiental de Alfaro
(Edificio del antiguo Ayuntamiento de la ciudad)
Plaza de España, 1


FECHA:
Del 4 al 20 de agosto de 2006

ORGANIZACIÓN:
Ibercaja y Ayuntamiento de Alfaro


HORARIOS:
Martes a sábado, de 11:30 a 13:30 y de 19 a 21 horas.
Domingos y festivos, de 11:30 a 13:30 horas.
Entrada gratuita.

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