·La exposición, que se inaugura hoy, estará abierta al público hasta el próximo 1 de julio
·El Centro de Documentación Ibercaja posee ya a disposición de los estudiosos 600.000 imágenes procedentes del Archivo de la Corona de Aragón y del Archivo Histórico Nacional
EXPOSICIÓN ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGON En la imagen, José Luis Aguirre, Carlos López, Esteban Sarasa, Román Alcalá y Juan José Vázquez
(ZARAGOZA, 4 DE MAYO 2007).- “Archivo de la Corona de Aragón”. Este es el título de la exposición que se inaugura esta tarde del viernes, 4 de mayo, en el Palacio de Larrínaga, sede del Centro de Documentación de Ibercaja (C/ Miguel Servet, 123), donde se muestran al público sesenta y dos documentos, entre pergaminos, papeles, planos y mapas de un archivo, definido como el más antiguo, cabal y más memorable de Europa.
La exposición, que estará abierta al público hasta el próximo 1 de julio, ha sido organizada por el Gobierno de Aragón, Ministerio de Cultura e Ibercaja. La inauguración se ha celebrado a las 19,30 horas y ha contado con la presencia de Juan José Vázquez, viceconsejero de Cultura del Gobierno de Aragón; José Luis Aguirre Loaso, director general de Ibercaja; Carlos López, director del Archivo de la Corona de Aragón; José Vicente, director general de Patrimonio del gobierno de Aragón; Román Alcalá, jefe de la Obra Social y Cultural de Ibercaja, y Esteban Sarasa, comisario de la muestra.
El Archivo Real de Aragón, por corresponder a la cancillería del Rey, contiene la documentación de interés común para los estados peninsulares e insulares del Rey de Aragón; es decir, Aragón, Valencia, Mallorca, Cataluña y dominios italianso (Sicilia, Cerdeña y Nápoles); de ahí que su desgajamiento supondría la pérdida de la unidad archivística e histórica de uno de los archivos más importantes de Europa. Fue creado por Jaime II en el siglo XIV y su sede siempre ha estado en Barcelona.
La muestra “Archivo de la Corona de Aragón” está estructurada en cuatro partes, tal como se concibió el funcionamiento del archivo y su recorrido o evolución posterior. El Archivo tuvo un carácter de oficina de trabajo. Es decir, se buscaban documentos archivados que en aquel momento se necesitaban, tales como relaciones de castillos enfeudados, concesiones de ferias y mercados, etcétera.
Una segunda parte o función es la de ser un archivo para la historia, ya que es el lugar más propio donde se encuentran los pergaminos y papeles originales que han marcado su historia antigua. Así, se guardan documentos relevantes relacionados con la formación de la Corona de Aragón, y su expansión por el Mediterráneo en la época medieval.
La tercera parte de la estructura de la muestra es el papel que juega el Archivo para la historia particular, ya que en él se han reunido libros, papeles y pergaminos de instituciones muy diversas. En la exposición se ofrece, en primer lugar, un conjunto de documentos de diversa naturaleza, desde cartas dirigidas al Rey a libros de cuentas. Todo lo mostrado evoca la cultural medieval. Después se exponen documentos selectos para la historia de la orden del Temple y, por último, se muestra también documentos relacionados con las minorías culturales y religiosas que habitaron la Corona de Aragón como es el caso de judíos y mudéjares.
La última parte de la muestra es la función del Archivo como pieza de museo. En seis vitrinas se pueden admirar una selección de documentos que han conservado su sello militar; lujosas encuadernaciones hechas con la intención de lucimiento y antiguos manuscritos con texto jurídicos; y, por último, mapas y planos de un incalculable valor documental.
Documentos valiosos
Todo el material expuesto es de un altísimo valor y resulta muy difícil resaltar un documento en especial o un pergamino en particular. No obstante, hay que subrayar la importancia del documento número 12 de la Real Chancillería, Pergaminos de Alfonso 1, núm. 15, donde la reina Petronila de Aragón concede a su hijo Alfonso todo el reino de Aragón, ratificando el testamento de su esposo Ramón Berenguer IV, y fechado en Barcelona, el 18 de junio de 1164.
Otros papeles relevantes son todos los relacionados con la orden religiosa y militar de El Temple, ya que el Archivo de la Corona de Aragón, reúne la mayor documentación sobre los templarios. También, a destacar, las sesiones a cortes de la edad media con asuntos relacionados con las situaciones de nobles, eclesiásticos, ciudades y villas.
Esteban Sarasa, comisario de la muestra, escribe en el catálogo de la exposición un párrafo revelador y de plena actualidad en torno a la unidad del Archivo y su gestión compartida. “La Corona de Aragón –afirma- que se basó en la consideración de una sola monarquía (la aragonesa), un símbolo (el heráldico del rey de Aragón, sin sentido territorial y compartido por los diversos reinos y condados, ya que se asociaba a la familia real, con la incorporación de los diversos senyales, una coronación real en Zaragoza (capital del reino cabeza de la corona), un archivo común en Barcelona y hasta un panteón común (en el monasterio cisterciense de Poblet, donde reposan los restos de la mayoría de los reyes medievales aragoneses)”.
Finaliza Esteban Sarasa afirmado: “Es decir, un conjunto de identidades que justificó en su tiempo una vocación monárquica indiscutible a través de todos los símbolos señalados y las realidades contempladas, que aseguraban una fidelidad a lo que unía y no a lo que separaba o diferenciaba”.
El Centro de Documentación Ibercaja-Palacio de Larrínaga
Esta muestra no podía tener mejor emplazamiento como es el Palacio de Larrinaga, donde se encuentra el Centro de Documentación de Ibercaja, cuya labor es poner al alcance de los estudiosos o de cualquier persona interesada copias digitalizadas del Archivo de la Corona de Aragón y del Archivo Histórico Nacional de Madrid.
En este momento, los fondos tienen 600.000 imágenes en total y 75.000 fichas descriptivas de documentos. Geográficos o de lugares hay 2.305; por materias o temas, 148; de entidades o instituciones, 1.022, y onomásticos o de personas, 6.304.
Este es el resultado de un empeño cultural que Ibercaja inició en 1996, cuando un equipo de expertos se trasladó al Archivo de la Corona de Aragón de Barcelona para recopilar datos históricos referentes a Aragón. Desde 2000, esa labor continúa desde Zaragoza, trabajando en la elaboración y ampliación de la base de datos históricos, pertenecientes al Archivo de la Corona de Aragón y al Archivo Histórico Nacional de Madrid. Desde entonces, se ha ido acumulando un rico fondo por medio de fotografía digital de los documentos.
En 2003, abre sus puertas el Centro de Documentación, cuando se estimó que el volumen de datos era aceptable y heterogéneo para que el usuario pudiera hacerse una idea de cómo iba a ser y lo que iba a encontrar en este centro. No obstante, la documentación sigue llegando y los datos históricos se van ampliando día a día. En estos momentos, estás digitalizados, y accesibles para los estudiosos, fondos de la sección Real Chancillería, que comprenden cartas, bulas papales, pergaminos y registros.
En el Archivo de la Corona de Aragón se hizo un vaciado exhaustivo de cada papel o documento que hiciera referencia a cualquier localidad de Argón, por pequeña que fuera, y se están describiendo desde entonces, con lo que se crea una gran base de datos dinámica, con unos descriptores clasificados por geográficos, onomásticos, entidades y materias. En el Archivo Histórico Nacional, que desde su creación en el siglo XIX está clasificado por entidades, los documentos llegan para ser descritos en el Centro.
En la actualidad han visitado el Centro casi 300 personas distintas. Algunas de ellas son asiduas al palacio para investigar y hacer sus tesis doctorales.
Si tomamos en consideración el tiempo que se ahorran los investigadores aragoneses usando el Centro para sus estudios, se puede hablar de muchos años y de miles de horas, puesto que en algunos casos las investigaciones podrían durar más de diez años. Una persona que ha estado trabajando en el Centro de Documentación durante más de un mes intensivo (150 horas) estudiando la documentación íntegra del Consejo de Aragón (ya que en este servicio se la encuentra descrita papel por papel), hubiera necesitado más de cinco años en el Archivo de la Corona de Aragón (es decir casi 8.000 horas).
En el caso contrario, una investigación o tesis doctoral que podría durar unos 10 años en el Archivo de la Corona de Aragón (300 días de investigación al año por una media de 6 horas diarias son 1.800 horas; estas horas multiplicadas por los diez años de media de algunas investigaciones darían un total de 18.000 horas de trabajo), queda reducida en gran medida con nuestra base de datos del Centro de Documentación Larrínaga.