· Es el único museo que muestra la colección completa de los grabados de Goya
· Ante la celebración de Expo Zaragoza 2008, Ibercaja traslada allí los goyas del Patio de la Infanta y aporta otras piezas de autores como Berruguete, Bayeu, Maella y Mengs, que se suman a las de la colección Camón
REAPERTURA DEL MUSEO IBERCAJA CAMÓN AZNAR En la planta intermedia del museo se puede admirar la colección completa de los grabados de Goya.
(ZARAGOZA, 30 DE ABRIL DE 2008).- El Museo Ibercaja Camón Aznar (MICAZ) abre de nuevo sus puertas y lo hace con la vocación de ser un nuevo referente de la oferta cultural de Zaragoza ante la próxima celebración de la Exposición Zaragoza 2008. Tras un intenso año de obras, el museo afronta esta nueva etapa con la exposición de 333 piezas y 244 grabados de Goya, distribuidas a lo largo de tres plantas. Las piezas reflejan el arte del tránsito del siglo XV al XVI hasta la década de los años setenta del siglo XX, con un nudo que les confiere el sello de distinción: la colección completa de grabados de Francisco de Goya que, por primera, vez se expone íntegramente en un museo.
Además, ante la celebración de la Expo, Ibercaja trasladó este lunes la colección de goyas que habitualmente se muestra en el Patio de la Infanta y otras piezas procedentes de sus fondos artísticos –de Bayeu, Mengs y Maella, entre otros-, con el fin de potenciar el atractivo del museo ante los aragoneses y los visitantes que en los próximos meses viajen a Zaragoza. Con estas obras se ha enriquecido notablemente los fondos propios del Museo, procedentes del preciado legado del académico aragonés José Camón Aznar.
La colección de grabados del maestro Goya ocupa la planta intermedia del antiguo palacio renacentista, con una introducción en la sala noble, “Salón Dorado”, referido al propio genio aragonés. El resto del museo se articula, en la primera planta, con la pintura y escultura de los siglos XVI al XVIII -los precedentes de Goya-, en la tercera, con las de los siglos XIX y XX -los consecuentes de Goya-.
La reapertura del nuevo espacio ha sido presentada esta mañana por el presidente de Ibercaja, Amado Franco, y el director general de Ibercaja, José Luis Aguirre, a quienes han acompañado el director general adjunto Financiero y de la Obra Social, Fernando Galdámez, la directora del Museo, Mª Carmen Montañés, así como el responsable de la dirección museográfica, el prestigioso especialista Antonio Meléndez. Esta tarde, se celebrará la reapertura oficial bajo la presidencia de Marcelino Iglesias, presidente de Aragón, y estará listo para recibir al público a partir de mañana jueves, 1 de mayo, que excepcionalmente abrirá desde las 10 de la mañana hasta las 8 de la tarde. Desde el día 2 regirá el horario habitual del centro.
En la presentación del renovado museo, tanto el presidente como el director general se han congratulado de poder ofrecer a aragoneses y visitantes este espacio cultural. “Emprendimos la reforma –ha dicho Amado Franco Lahoz- con el propósito de contribuir a mejorar la oferta cultural de Zaragoza. El museo, tras 30 años de eficaz labor gracias al legado de don José Camón Aznar, necesitaba una nueva puesta en escena. Como bien saben ustedes, Ibercaja se volcó desde el primer momento para que la Expo sea un éxito, así que esta era una ocasión de oro para reformar el Museo y ofrecer sus fondos en las mejores condiciones posibles, y ser después uno de los referentes culturales de Zaragoza. Además, en pocos días, se inaugurará aquí una gran exposición, “Del Ebro a Iberia”, un complemento excepcional a la colección. Como lo serán también las exposiciones “Encrucijdas”, en La Lonja, y “Del futuro al pasado”, en la sede central”.
Por su parte, el director general ha explicado que este museo es una muestra más de la vocación de la Obra Social y Cultural de Ibercaja de contribuir a mejorar la sociedad en la que actúa. “Gracias al esfuerzo de mucha gente, esta obra, que se inició hace un año, se ha concluido en un tiempo récord. Para Ibercaja, el Camón Aznar es un referente de su Obra Social y Cultural. Aquí, en los últimos treinta años, además de exponer las obras del legado de don José Camón Aznar, se ha desarrollado una intensa labor con cursos y exposiciones que se retomarán en el futuro. Ahora, podemos congratularnos de abrir sus puertas y de hacerlo además con una exposición de fondos propios enriquecida con otras piezas excepcionales de Ibercaja. Zaragoza va a vivir un momento extraordinario ante el que cada uno debe aportar lo mejor de sí mismo, en la seguridad de que redunda en pro de la comunidad. Por eso, hemos creído oportuno trasladar para este momento los Goyas que habitualmente se exponen en el Patio de la Infanta y otras piezas como tres Bayeus, tres Maellas, un Mengs, un Berruguete o los toros de Burdeos”.
El director general ha destacado la labor de todo el equipo de la Obra Social, de la empresa Quadrifolio y del museógrafo encargado de la reinstalación, Antonio Meléndez. “Han hecho un gran trabajo y desde aquí les doy públicamente las gracias en nombre de Ibercaja y de los amantes del arte que, a buen seguro, van a valorar su trabajo como merece. En el caso de Antonio Meléndez, al que ustedes conocerán por haber sido el artífice de ‘Las edades del hombre’, creo que ha sido un acierto contar con una persona de su categoría profesional para esta tarea. Sus conocimientos y su criterio han sido cruciales para sacar lo mejor del Camón”.
UN MUSEO EN TRES PLANTAS
El museo se reincorpora al activo cultural zaragozano tras acometer una importante transformación en aras de proporcionar al visitante una lectura más precisa y ordenada de sus fondos, que gira en torno a la figura del genio de Fuendetodos. El proyecto intenta sublimar la figura del aragonés José Camón como coleccionista y como crítico de arte, para lo que se ha elaborado un discurso que toma como base la obra de Goya con su peculiar forma de enseñar a mirar el mundo a través de sus grabados, que conectan con el papel que Camón Aznar ejerció en la difusión de la obra y la figura de nuestro artista más universal.
Con el nuevo discurso museográfico se exponen 244 grabados de Goya y 333 obras entre pinturas y esculturas (300 de la Colección Camón y 33 de los fondos de Ibercaja. Se trata de los 14 goyas, 3 de Bayeu, 3 de Maella, 1 de Berruguete, 2 de Pedro de Campaña y sendas de Blasco de Grañén, Escalante, Megs y un Anónimo flamenco, además de las 4 litografías de los Toros de Burdeos y otros dos grabados más.
Para Antonio Meléndez, responsable de la dirección museográfica y que ha trabajado en la misma durante dos años, “estamos en un museo sobre Goya desplegado en un edificio doble: la primera parte, con el patio y el salón noble, pertenecen al palacio renacentista aragonés, del siglo XVI, propiedad de los condes de Bobadilla y de la familia de los Pardo, al que se le añadió, ya en el siglo XX, un edificio casi gemelo, del que, con la actual reforma, se descubre y pone en valor su patio interior”.
ARTISTAS ANTERIORES A GOYA (SIGLOS XV-XVIII)
Bajo este contexto los nuevos espacios del MICAZ se articulan ordenados cronológicamente desde la primera planta hasta la tercera. En primer lugar, el visitante se encontrará con una cuidada selección de la pintura y escultura de los siglos XV al XVIII. De este modo, se abre con no demasiadas obras del paso del siglo XV al siglo XVI, aunque de extraordinaria calidad formal, para ir creciendo en número en los siglos finales del XVII y XVIII. La influencia italiana y flamenca se convierten, a través de las 83 obras de esta muestra, en los vehículos que para llevar al visitante a Aragón y a las tierras de España el Renacimiento, que están tan soberanamente representadas por obras como “La sagrada conversación”, de un autor desconocido italiano y el “San Jerónimo”, de Metsys, que no se puede pasar por alto y que permiten asomar sus raíces en obras como “EL Salvador” de Pedro Berruguete, “El profeta Zacarías” o el fragmento de “La adoración de los pastores”, de Francisco de Osona.
Por otro lado, de un ya maduro siglo XVI, se muestra un “Cristo con la cruz a cuestas”, cuya autoría se busca en la escuela valenciana o en las cercanías del Divino Morales. Se trata de una obra de extraordinaria belleza, así como el “San Luís Beltrán”, de Francisco de Ribalta. Más representativa en número es la colección en el siglo XVII, con obras tan importantes como “Cristo Crucificado”, de Zurbarán; el “Arquímedes”, de Ribera” o el “San Ramón Nonato”, de Antonio del Castillo. Además, completan la visita dos pequeñas tallas, un “Cristo atado a la Columna”, cercano a Juan de Anchieta, y un “Cristo Resucitado”, de Gregorio Fernández. La planta se cierra con obras del siglo XVIII, españolas, flamencas, francesas e italianas, entre las que hay que señalar a Luis Meléndez o los dibujos de Vicente López, que sitúan al público en los tiempos de Goya.
En esta planta, de la colección Ibercaja proceden, entre otras piezas, “El Salvador”, de Berruguete, y “la Virgen con el niño y ángeles músicos”, de Blasco de Grañén.
EL SALÓN DORADO
En la planta superior del patio, el visitante se encuentra con cinco esculturas de bronce y madera, del artista aragonés contemporáneo García Condoy, quien trata en estas piezas el desnudo femenino. Estas piezas dan paso a la estancia que ha recibido el nombre de “Salón Dorado” por su decoración, que ha sido escrupulosamente restaurado. Esta suntuosa habitación reúne 60 extraordinarias obras, que se convierten en nexo de encuentro de los aragoneses, Francisco de Goya (1746 –1828) y José Camón Aznar (1898-1979).
Por un lado, con ocasión de la Expo, se van a mostrar los goyas de la colección Ibercaja y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. De Ibercaja son: “Autorretrato”, “Retrato de la Reina María Luisa de Parma con traje de Corte”, “Retrato de Don Félix de Azara y Perera”, “Retrato de Don José de Cistué y Coll, barón de la Menglana”, “Dos de Mayo en Madrid” -o “Carga de los mamelucos en la Puerta del Sol”-; “Baile de Máscaras” -o “Danzantes enmascarados bajo un arco”, “San Joaquín”, “Santa Ana” y la última adquisición, “La Adoración del Nombre de Dios por los Ángeles”, que es el boceto de los frescos que Goya realizó en 1772 para el Coreto de la Basílica del Pilar. De la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, se exhiben: “Esopo”, “Menipo”, “Escena no identificada”, “Aparición de la Virgen a Santa Teresa”, “La Virgen impone el collar a Santa Teresa, en presencia de San José”. El conjunto, con el retrato de Azara a la cabeza, sin duda aporta un gran valor añadido a la propuesta del Museo.
La sala reúne además la serie de grabados sobre otro gran artista, Velázquez y las obras de Meifrén y Lizcano sobre Zaragoza, así como el lienzo de González Velázquez sobre la construcción del Templo del Pilar, sirven al visitante para hacer de la ciudad esa tierra que convoca a los dos. Además, los grabados de las trece estampas sueltas en las que Goya copia otras tantas obras de Velázquez; más dos grabados sueltos, que representan a “San Francisco de Paula” y “El agarrotado”; dos de sus dibujos; y otros tantos que discípulos del maestro como es el caso de Alenza.
En la pequeña estancia añadida al salón se han reunido distintos retratos de Camón Aznar, de su esposa y de su hija. La última estancia muestra importantes obras de autores contemporáneos a Goya, con los cuales él mantuvo una estrecha relación, incluso de parentesco. Tal fue el caso de los Bayeu. También están algunas otras obras de Corrado Giaquinto, González Velázquez o Mariano Salvador Maella.
De estos últimos, tres maellas y tres bayeus proceden de los fondos de Ibercaja y se exponen conjuntamente por primera vez. Se trata de las piezas “Inmaculada bajo el espíritu santo y rodeado de ángeles”, “Cristo crucificado en la agonía” y San José con el niño Jesús”, de Francisco Bayeu, y “Aparición de Santiago Apóstol al Rey Ramiro I de Castilla en la Batalla de Clavijo”, “Aparición del Niño Jesús a San Antonio de Padua” y “Aparición del Ángel de la Eucaristía a San Pascual Bailón”, de Salvador Maella.
FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES
Desde la galería de arquillos de la primera planta se accede a la segunda planta, dedicada exclusivamente a las cuatro series de grabados del genio aragonés (“Caprichos”, “Tauromaquia”, “Disparates” y “Desastres de la Guerra”). Ambientados sobradamente, el público puede contemplarlos juntos, enriquecidos con la serie de “Los Toros de Burdeos”, propiedad también de Ibercaja y aportados al renovado museo.
La propia ambientación ayuda a trasladarse a los momentos históricos tan dramáticos como los que vivió España y quedaron apresados para siempre en las series de los “Caprichos”, compuesta por 80 grabados. La serie se abre con su autorretrato y supuso para Goya la consagración como grabador. En “Los Caprichos” mezcla lo que podríamos llamar intelectual con lo popular, pues lo que hace Goya es plasmar su visión más crítica de la realidad.
Los “Desastres”, compuesta por 82 grabados, es la serie que Goya realiza entre los años 1810-1814, coincidiendo con el desarrollo de la Guerra de la Independencia, de la que es casi una crónica gráfica. Sin embargo, Goya trasciende los propios acontecimientos y su aventura vital, para hacer un alegato contra toda guerra.
En la “Tauromaquia”, el artista dedica sus 33 grabados al arte del toreo y los toros. Tras la guerra, el toreo experimentó un momento de auge que Goya aprovechó con el fin de poner a la venta esta serie.
Los “Disparates”, compuesta por 22 grabados, la empezó a realizar Goya en 1816, pero la debió dejar sin concluir debido a que hubo de exiliarse de España ante la llegada del Absolutismo, tras el Trienio Liberal. Los títulos que se conocen empiezan todos ellos con la palabra “disparate” y ponen de relieve la desconfianza que había desarrollado Goya ante el hombre. La noche, que es el momento en el que se producen, los reviste a todos ellos de un dramatismo y de un aire siniestro y tenebroso.
“Los Toros de Burdeos” son el resultado del trabajo que Goya realizó en Burdeos, con la técnica, entonces casi desconocida, de la litografía, con la que llevó a cabo en 1825 una serie de cuatro escenas taurinas, que están consideradas entre las mejores de su género.
SIGLOS XIX-XX
Camino de la tercera planta se pueden contemplar nuevas obras de Honorio García Condoy, que sirven de presentación a las consecuencias de Goya, es decir, los siglos XIX y XX, que cuentan con una interesante representación de 84 piezas, situadas ya en la tercera planta.
Las primeras obras son las de seguidores de Goya, como Eugenio Lucas, Lucas Villamil o Alenza, entre otros. Luego le sigue una interesante nómina de autores españoles, como Antonio Pérez Rubio, Ángel Lizcano, Eduardo Rosales, Antonio Muñoz Degrain, Cecilio Pla, Mariano Fortuny. No pequeña y menos interesante es la representación de autores franceses, como Miguel Ángel Houasse, Berthe Morrisot, Eugene Carriere o Auguste Renoir. Los momentos finales del siglo están representados por autores tan importantes como Joaquín Sorrolla, Federico de Madrazo, Francisco Domingo Marqués, Francisco Pradilla, Ricardo Villotas, Valentín de Zubiaurre, Juan de Echevarría o Ramón Casas.
De este modo, se pretende enlazar con la pintura impresionista, paisajistas y costumbristas del XIX. Para ir acabando el amplio recorrido, la instalación exhibe 34 piezas que representan al siglo XX. Las obras están articuladas en torno a dos ejes principales: la Escuela de Vallecas con Benjamín Palencia, Francisco Arias, Francisco San José o Alvaro Delgado; y los autores aragoneses y de Zaragoza, con García Condoy, Lahoz, Gonzalvo, Grau o Fortún; y la Escuela de Madrid con Francisco San José, Rafael Zabaleta o Joaquín Vaquero Palacios. Entre ambas escuelas se pueden encontrar maravillosas excepciones, como el dibujo de Salvador Dalí o los lienzos de Godofredo Ortega y de Cristino Vera, por poner un ejemplo, que sirven para cerrar esta planta.
El catedrático Camón Aznar tuvo un protagonismo indudable en las dos escuelas. Como también lo tuvo su colección de autores aragoneses del siglo XX, que cierra la exposición con una selección de 64 piezas, que responden a la línea de trabajo del museo de apoyar la carrera profesional de reconocidos artistas aragoneses pertenecientes a generaciones de posguerra. Además, en la planta baja se mantiene la sala de exposiciones temporales mejorada y ampliada, sala que abrirá al público el próximo 30 de abril con “Del Ebro a Iberia”, una muestra excepcional que ha sido diseñada también por Antonio Meléndez.
Museo Ibercaja Camón Aznar (MICAZ).
C/ Espoz y Mina, 23 – Zaragoza.
INAUGURACIÓN: 30 de abril, a las 19,00 horas.
HORARIOS: De martes a viernes, de 9 a 14:30 horas y de 17 a 21:30 horas.
Sábados, de 10 a 14:30 horas, y de 17 a 21:30 horas.
Domingos y festivos, de 10 a 14:30 h. El 1 de mayo abre de 10,00 a 20,00 h.
Lunes, cerrado.