(ZARAGOZA, 26 NOVIEMBRE)- Hasta el 26 de noviembre, el Museo Camón Aznar- Ibercaja acoge la exposición “De Angelis” de Ángel Aransay en la que se muestran 35 obras que ofrecen una visión renovada y personal de estas figuras celestiales que Aransay concibe lejos de las percepciones tradicionales como seres:”lejos de ser los plácidos muñecos de antaño”.
El espectador podrá contemplar unos ángeles fruto de los tiempos duros en que vive la sociedad. Como expresa el propio autor en las primeras páginas del catálogo de la exposición: en su particular percepción “sólo queda un poco de piedad y algo de ternura cuando las almas informes como la del Señor de Orgaz se convierten en niños y los ángeles retoman su papel de guardianes”.
Aransay se remonta a su infancia para explicar su temprano interés por los ángeles. El propio artista recuerda al público en el texto del catálogo titulado “Explicatio non petita” como la misa más usada en su época de niñez era la De Angelis. Añade como “el peso de la iconografía de nuestras iglesias, que se ampliaba incluso al ambiente doméstico, donde el ángel de la guarda era la primera imagen que ponían en la cabecera de nuestras camas, y hasta en la iconografía civil aparecían blandiendo escudos y estandartes O sea, que estábamos todos angelizados”.
Los ángeles de esta artista no tienen alas salvo en dos excepciones. Aransay solamente los pinta con una larga túnica envolvente que también omite la descripción de los pies, porque para este autor, si eran espíritus, no necesitaban de tales elementos.
De este modo, esta íntima idea que él posee sobre los ángeles puede verse reflejada en el Museo Camón Aznar de Ibercaja en su exposición “De Angelis”. Personajes fuera de todo marco idílico que han sido despojados de arcaicos estereotipos para ser moldeados por un pincel que los humaniza como se muestra en la mayoría de las series que se exhiben en esta exposición, por ejemplo en: “Los ángeles alarmados” donde estas representaciones ven los males de humanos, asustados, compasivos, temerosos e impotentes; también en “Los ángeles del tiempo” aparecen sin saetas, relojes de arena vacíos o llenos... es el fin de los tiempos o el principio; en “Apocalipsis” donde los ángeles aparecen ataviados con las trompetas, los ocho vientos, el séptimo sello, la copa y la espada, las listas de los justos etc.;en el titulado “Almas y niños”, Aransay, muestra a estos seres celestiales como portadores de almas de niños (como sucede en el Entierro del Conde Orgaz) que puede hacer recordar su papel de ángeles de la guarda; por último la muestra finaliza con el tema de la sangre, con el cuadro inspirado por el final del Parsifal, donde aparecen el rey, Parsifal, Kundry y dos penitentes calandinos).
Otro de los componentes culturales de su obra es que esta realizada con pinturas metalizadas (cobre, plata, dorados) para expresar el ambiente inmaterial en el que se mueven los ángeles, y que recuerda al de los retablos góticos de la Corona de Aragón.
ÁNGEL ARANSAY
Ángel Aransay es un artista de vocación tardía. En el bachillerato, un amigo, le regala sus pinceles y Aransay comienza a dibujar y a pintar. En 1962 con 19 años expone por primera vez en una muestra colectiva con cita en la critica de Ángel Azpeitia. Luego llegarán los primeros viajes a Madrid y Andalucía. En 1964 recibe el tercer premio del Concurso de Pintura Rápida Fiestas del Pilar. Asimismo, el año 1966 expone individualmente por primera vez, en el Centro Mercantil de Zaragoza y se va afianzando su vocación artística.
En esta etapa su obra se caracteriza por un poscubismo, con Picasso presente, para seguir en 1967 con una obra que recoge su admiración por el Greco, siempre según el criterio de Ángel Azpeitia. Entre 1969 y 1970 se produce el definitivo asentamiento de su personalidad artística. Durante este primer año su estilo pictórico se define y, al mismo tiempo, se gradúa como alumno en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, Madrid. Por otra parte, durante 1970 adquiere mayor complejidad en la que se detecta una completa madurez de pensamiento.
En los años setenta, Ángel Aransay, participa en numerosas actividades que reflejan una agitada década. En la primavera de 1972 nace el proyecto de que cada domingo por la mañana se expongan sus obras en la Plaza Santa Cruz de Zaragoza.
Aransay iniciará hacia 1973, la que podría denominarse su segunda etapa artística. Por otro lado, participa en reuniones y firmando manifiestos, como el correspondiente al premio "San Jorge", que motivaría su renovación y el posterior nacimiento del "Isabel de Portugal". En 1979, por sus condiciones como muralista, Aransay es convocado para presentar unos bocetos, junto con otros cinco pintores, para que decoren El Pilar.
Por su parte, mientras se concretaba el encargo comenzó una serie de tanteos para ver cómo abordaría esta iniciativa, y como el mismo cuenta: “uno de los puntos que me importaron fue la representación de los ángeles, pues era evidente que serían necesarios como elementos de la narración, dados los asuntos que se barajaban y el lugar de destino. Parece que la premonición fue cierta, porque la capilla del Bautismo que me fue asignada, dio pie a una veintena de estos personales celestes revoloteaban”. Aunque el proyecto terminó frustrado. Su ya consolidado prestigio, como pintor y como intelectual, motiva que participe en 1984 en el "Encuentro de los Artistas Plásticos". La publicación de las memorias de las jornadas es de imprescindible consulta para atisbar los problemas en el mundo artístico. Tras obtener en 1987 el primer premio "lsabel de Portugal", su vida transcurre entre lienzos como los que se exponen en “De Angelis”
EXPOSICIÓN: “DE ANGELIS”
LUGAR: Museo Camón Aznar de Ibercaja.
C/ Espoz y Mina, 23. Zaragoza
FECHA: Del 26 de octubre al 26 de noviembre de 2006
ORGANIZACIÓN: Obra Social y Cultural de Ibercaja
COORDINACIÓN: Gonzalo de Diego
HORARIO: De martes a viernes de 9 a 14,15 y de 18 a 21 horas. Sábados, de 10 a 14 y de 18 a 21. Domingos y festivos de 11 a 14 horas. Lunes, cerrado.
