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CINCO OBRAS DE FRANCISCO PRADILLA, PEDRO KUNTZ Y VALENTINI, EMILIO SALA Y MARIANO ALONSO PÉREZ Y VILLAGROSA SE INCORPORAN A LA COLECCIÓN PERMANENTE DEL MUSEO GOYA

.Procedentes de colecciones privadas se situarán junto a las obras de los siglos XIX y XX en la tercera planta dedicada al legado de Goya, que refleja la estela permanente del pintor aragonés en el arte posterior

.De Francisco Pradilla se exhibirán, Odalisca, un óleo sobre lienzo, y Penitente, una acuarela sobre papel; a los que se suman los cuadros Marquesa de Luján, de Pedro Kuntz y Valentini; Fiesta de Disfraces, de Emilio Sala, y Sol y luna, de Mariano Alonso Pérez y Villagrosa

.Con esta ampliación el Museo expone 521 obras en sus diferentes salas, y continúa su vocación de ser un centro en continua evolución dedicado a facilitar el conocimiento y divulgación del arte en Aragón
El Museo Goya de Fundación Ibercaja incorpora 5 obras a su colección permanente

El Museo Goya de Fundación Ibercaja incorpora 5 obras a su colección permanente Rosario Añaños, directora del Museo Goya, y José Luis Rodrigo, director general de Fundación Ibercaja.

ZARAGOZA.- Cinco obras de Francisco Pradilla, Pedro Kuntz y Valentini, Emilio Sala y  Mariano Alonso Pérez y Villagrosa, procedentes de colecciones privadas, se incorporan a la colección permanente del Museo Goya de Fundación Ibercaja. Se ubicarán en la tercera sala, dedicada al legado del pintor aragonés y su influencia en el arte, que reúne las pinturas y esculturas de artistas de los siglos XIX y XX.

La presentación de los cuadros ha contado con la intervención de José Luis Rodrigo, director general de Fundación Ibercaja, y Rosario Añaños, directora del Museo Goya.

De Francisco Pradilla se exhibirán, Odalisca, un óleo sobre lienzo, y Penitente, una acuarela sobre papel.  De Pedro Kuntz y Valentini, el retrato Marquesa de Luján; de Emilio Sala, Fiesta de Disfraces, y de Mariano Alonso Pérez y Villagrosa Sol y luna, todos ellos óleos sobre lienzo.

Cinco pinturas enmarcadas a finales del siglo XIX y principios del XX
El cambio de siglo supone para la pintura española una transición que forja una nueva personalidad plástica e introduce un abanico de géneros pictóricos que aportan frescura a la península de la mano de artistas como Pradilla, Barbasán o Fortuny.

Desde la sobriedad impoluta de los retratos de Pedro Kuntz y Valentini, hasta el gusto por la mitología clásica como vemos en la obra de Alonso Pérez, la pintura española pasa por un proceso en el que se nutre de otras culturas, al abrirse Europa a la influencia extranjera que dará frutos como la Odalisca de Pradilla y otros artistas que encontrarán en los orientalismos una frescura jamás vista antes en el contexto español. Unido a la soltura plástica que ofrecen las pinceladas vibrantes introducidas por Goya en el siglo anterior, se deja paso a la nueva plástica española del siglo XX.

Entre las cinco obras, se encuentra la Odalisca, realizada en 1876 por el pintor Francisco Pradilla, uno de los mejores pintores aragoneses, tras la muerte de Goya, quien destacó por sus cuadros históricos, así como de paisajes y escenas de género, enmarcados en su personal estilo preimpresionista.  Se trata de un óleo sobre lienzo de 112 por 89 centímetros que ha sido adquirido por Fundación Ibercaja, procedente de una colección particular. Está relacionado con otros cuadros de inspiración oriental, especialmente con Danza de odaliscas, realizado en el mismo año. En esta pintura, se representa a una odalisca, en un ambiente nocturno. Adornada con pulseras, esclavas, tobilleras, pendientes y joyas en el cabello recogido, la protagonista se muestra sentada sobre un manto de hierba pajiza con el torso desnudo, vertiendo un líquido o ungüento de un recipiente cerámico a otro. Se trata de una escena singular, ya que los instrumentos musicales que se representan no son habituales en la pintura europea de la época.

La pintura Penitente, también firmada por Pradilla en el año 1901, es una acuarela sobre papel de 73 por 52 centímetros. Forma parte de una colección personal que pretendía reunir cuadros que mostraran la destreza del pintor con técnicas más allá del óleo. Esta acuarela, muestra el perfil de un anciano ataviado con una túnica desgastada, que sujeta con una mano su sombrero mientras siente las cuentas del rosario con la otra. Pradilla capta magníficamente los rasgos físicos a la vez que realiza una sorprendente penetración psicológica.

De Pedro Kuntz y Valentini, se incorpora el óleo sobre lienzo de la Marquesa de Luján, pintado en 1852, de 212 por 113,5 centímetros. El pintor italiano fue célebre por sus perspectivas arquitectónicas e interiores, sobre todo las que realizó en el monasterio de El Escorial. En esta obra, se puede ver a la aristócrata española, de pie, de cuerpo entero, con sobrio vestido de seda negro de corpiño ceñido y amplia falda acampanada, adornado con cuello y bocamangas blancas de encaje. Forma parte de los múltiples retratos que durante esta época se realizaron para la aristocracia.

El cuadro Fiesta de Disfraces fue pintado en 1876 por Emilio Sala. Se trata de un óleo sobre lienzo de 122 por 190 centímetros. Forma parte de una larga serie de pinturas que el artista alicantino desarrolló como parte de un género que abarcaba la decoración mural de residencias particulares y edificios públicos. Este tipo de obras muestran originalidad, eficacia, simplicidad decorativa y una entonación brillante.

El conjunto de estas cinco obras lo completa el cuadro Sol y luna, del pintor zaragozano Mariano Alonso Pérez y Villagrosa. Se trata de un óleo sobre lienzo de 163 por 118 centímetros y que data del año 1906. Representa la caricia entre Helios (dios del sol; auriga acompañado de brillantes rayos de sol realizados mediante pinceladas ligeras) y Selene (diosa de la Luna; junto a un cuarto de luna que la identifica sobre su carro tirado por ninfas aladas, que portan un velo oscuro, semejante a una noche estrellada) y que tiene lugar en un amanecer dorado, el único momento en el que estos dos personajes se podían ver.

Con la incorporación de estas cinco pinturas, el Museo Goya atesora un corpus de 521 obras expuestas al público, cumpliendo así con su vocación de ser un museo vivo, dedicado a facilitar el conocimiento y divulgación de la cultura y el arte, así como la obra del genio de Fuendetodos y de sus antecedentes y precedentes en la historia de la pintura.

Más información en: Museo Goya. Colección Ibercaja-Museo Camón Aznar

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