(ZARAGOZA, 25 OCT)- Ibercaja abre la temporada de arte 2005-2006 en su Centro de Exposiciones y Congresos de Zaragoza, con una muestra antológica del pintor Antoni Tàpies, que permanecerá abierta hasta el 20 de diciembre. Bajo el título “Tàpies. La esencia secreta”, la muestra, organizada exclusivamente para Ibercaja y para Zaragoza, reúne cuarenta y seis piezas realizadas desde la década de los cincuenta hasta el año 2002, periodo que abarca prácticamente toda la trayectoria artística de Tàpies.
La inauguración tendrá lugar esta tarde a las ocho y cuarto, con la presencia de José Luis Aguirre, director general de Ibercaja; Román Alcalá, jefe de la Obra Social y Cultural de la entidad de Ahorro, y Antonio Niebla, comisario de la exposición.
Los cuarenta y seis cuadros que componen la muestra llegan desde una preselección de más de cien obras y según, Antonio Niebla, “han sido especialmente elegidos para ofrecer el camino vivido por el artista en su compromiso con la pintura. Algunos no se habían expuesto desde hace cincuenta años”. El interés mostrado por el propio artista y por su familia ha sido indispensable en este proyecto.
La mayor parte de las obras proceden de coleccionistas particulares. También hay piezas de la colección MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona) y de galerías de arte, fundaciones e instituciones. Hay obras procedentes de Alemania, Italia, Estados Unidos y Francia, entre otros países. Se exponen piezas que fueron seleccionados para la Bienal de Venecia -“Dues formes boiroses”-, otros de la célebre exposición de Tàpies en el Stedelig Museum de Ámsterdam – “Porta negra”- o “Quatre cordills” de la colección del conocido tratadista de arte Sir Roland Penrose.
La exposición reúne obras de casi todas las épocas del artista y una representación de las distintas técnicas que Antoni Tàpies ha desarrollado a lo largo de su carrera. Así, los cuadros de la muestra están realizados sobre soportes de lienzo, cartón, madera y papel y en las diferentes técnicas utilizadas por Tapies, como barnices, lacas, ceras, acrílico, óleos, graffiti y densas materias.
Según el comisario, el objetivo de la muestra es didáctico, “acercar al espectador, desde las diversas formas expresivas del artista en su amplia trayectoria, cómo vive y utiliza en su obra el mundo de los sentimientos, como la duda, la muerte, el miedo, el dolor, el amor, o el cariño y la ternura”
El catálogo editado por Ibercaja con motivo de la exposición, además de fotografías y fichas técnicas de todas las obras presentes en la muestra, cuenta con varios textos del propio Antonio Tàpies realizados en los años 1955, 1969 y 1977, en los que se puede apreciar su evolución personal y artística en periodos destacados en su carrera.
Para la Obra Social y Cultural de Ibercaja es un motivo de satisfacción traer a Zaragoza esta gran muestra antológica de uno de los referentes artísticos de la segunda mitad del siglo XX. El Centro de Exposiciones y Congresos de Ibercaja ya ha acogido en otras ocasiones piezas de Antoni Tàpies, como parte de exposiciones colectivas sobre arte contemporáneo, pero esta es la primera vez que la entidad acoge una exposición individual de este gran artista universal.
PERSONALIDAD Y COHERENCIA
Según afirma Antonio Niebla en el texto del catálogo “La trayectoria artística de Antoni Tàpies desde sus inicios hasta hoy, ha estado siempre marcada por el signo de la coherencia”. No cabe duda de que Tapies es creador de uno de los estilos más personales y provocadores del arte contemporáneo.
Fue precursor del Arte Povera y posteriormente del conceptualismo, investigador de las formas, del espacio y la materia, un artista provocador, renovador del lenguaje plástico, que ha hecho de su obra una puerta abierta para el arte y para otros creadores hacia las nuevas tendencias. Pocos artistas han conseguido en vida un reconocimiento tan extraordinario como el de Antoni Tàpies.
Para el comisario de la exposición “clasificar la obra de Tàpies como una obra sencillamente matérica, es a buen seguro un error” , Antoni Tàpies quiere ir y va más lejos de la materia porque, como bien explica el artista en tantas ocasiones, desde su idea del arte como una religión cósmica y por lo tanto terrenal, desea que el hombre medite en su pintura ante si mismo y ante la vida que le rodea. A parte del valor simbólico plasmado, hay implícita una lucha por la libertad total de la creación artística, una pugna contra cualquier condicionante que limite la expresión del artista.
LOS PRIMEROS AÑOS
Antoni Tàpies i Puig, nace en diciembre de 1923 en una Barcelona llena de cambios políticos y sociales. En su casa vive un fecundo ambiente cultural provocado en gran medida, por la relación de amistad de su padre con intelectuales y personajes ilustres de la vida catalana. Todo ello, influye notablemente en la formación del futuro pintor.
La inquietud del joven Tàpies, ya se manifiesta cuando estudia bachillerato y llegan a sus manos, libros y publicaciones de arte, especialmente D’ací i d’allà, revista que coordinaba el arquitecto Josep Luis Sert y Joan Prats. Entre 1936 y 1939, durante la Guerra Civil española, prosigue sus estudios en el Liceo Práctico de Barcelona, y de forma autodidacta, dibuja y pinta.
Cuando tenía diecinueve años, su frágil salud le obliga ingresar en el sanatorio de Puig d’Olena con una enfermedad pulmonar de larga convalecencia. Durante este tiempo, Tàpies, dibuja y hace copias de obras de Van Gogh y Picasso. Empieza a estudia derecho en la Universidad de Barcelona, pero abandona poco antes de terminar la carrera y se dedica definitivamente a la pintura. De sus primeros pasos en el arte se conservan varios retratos y autorretratos, así como algunos dibujos de influencia picasiana y surrealista.
PINTURA MATÉRICA
En 1945, Tàpies comienza a experimentar con materiales de gran densidad. Durante un tiempo ocupa un estudio en la calle Diputación de Barcelona, y junto a las pinturas de tipo expresionista y primitivo que realiza, se sumarán numerosas pinturas abstractas, donde manifiesta un gran interés por la materia, por el collage y el grattage o incisiones sobre la superficie matérica, que dejan ver en muchas ocasiones, significativos colores bajo la superficie del cuadro.
En 1948, conjuntamente con los pintores Cuixart, Joan Ponç, Tharrats, entonces impresor, el poeta Joan Brossa y el filósofo Arnau Puig, fundan la revista “Dau al set”. El grupo expone en el I Salón de Octubre de Barcelona, en las Galerías Laietanas. Las obras expuestas de Tàpies son de estilo surreal, y de gran introspección y búsqueda interior. Son autorretratos llenos de misterio, y paisajes oníricos, nocturnos y tenebrosos.
En París, donde el gobierno francés le concede una beca, Tàpies entra en contacto con el informalismo de Dubuffet, Fautrier, Enri Michaux y Wols, que junto con el teórico Michel Tapié, formaban el grupo Art autre. En 1951 el grupo dau al set se disuelve.
A partir de entonces, la trayectoria de Antoni Tàpies despega ya imparable. Retoma los materiales de gran densidad en su pintura con relieves y raspaduras, para ello utiliza polvo de mármol y diferentes materiales espesantes, como resinas, barnices, látex, que mezcla con pigmentos para obtener las calidades matéricas que tanto caracteriza toda su trayectoria artística.
UN COLOR INTERIOR
En 1960, la obra de Antonio Tàpies descubría y enfrentaba al espectador a una belleza desconocida. Por aquel entonces el artista escribe: “Inconscientemente busco un color dramático, profundo, capaz de expresar valores esenciales. Hay que recobrar el auténtico color del mundo, aquel que no está falseado por la banalidad publicitaria. El color en si no existe. Necesito un color interior” .
Tàpies busca este color del mundo con sus múltiples mezclas de pigmentos y de materiales y a través de los iconos, signos y elementos utilizados en sus cuadros. Tanto la forma de depositar la pintura, la grafía, como la distribución de la materia rugosa, lisa, esparcida, horadada, está siempre llena de intenciones, no es resultado del azar.
Poco a poco, el lienzo se llena de sugerencias y preguntas provocadas mediante grafftitis, signos, cruces, equis, palabras, huellas de pies caminando, números y letras, especialmente la A y la T, sus iniciales y la de T, Teresa, su mujer.
Los objetos y los utensilios, también aparecen constantemente desde el principio de su carrera hasta llegar a ser elemento principal en el cuadro. Tàpies utiliza objetos humildes, gastados por el uso y el paso del tiempo, como somieres, barreños, cestas, platos, tijeras o colchones que incorpora a su obra, los dignifica y los convierte en símbolos o fetiches que hoy cuelgan en las paredes de prestigiosos museos del mundo.
EXPOSICIÓN:
TÁPIES. LA ESENCIA SECRETA
LUGAR:
Ibercaja. Centro de Exposiciones y Congresos.
C/ San Ignacio de Loyola, 16. Zaragoza.
FECHA:
Del 25 de octubre al 20 de diciembre de 2005.
ORGANIZACIÓN:
OBRA SOCIAL Y CULTURAL DE IBERCAJA
COMISARIO:
Antonio Niebla
HORARIO:
De lunes a viernes de 18 a 21 horas. Sábados, de 11 a 14 y de 18 a 21. Domingos y festivos de 11 a 14 horas.