La exposición itinerante "Tauromaquia Cordobesa: desde el Romanticismo a la Transición" realiza un nuevo alto en su recorrido, y puede contemplarse desde ayer y hasta el próximo 30 de agosto en el Centro Cultural, Turístico y Medioambiental de Alfaro. La muestra se compone de más de 100 obras procedentes del Museo Taurino de Córdoba, y fue inaugurada por el alcalde de la localidad D. Tomás Martínez.
La muestra plasma la interacción entre la tauromaquia y sus toreros mediante pinturas, grabados, esculturas, fotografías, carteles y una película. Una gran cantidad de piezas ha sido restaurada y se presenta con un nuevo montaje, aportando además obras puntuales procedentes de colecciones particulares.
La tauromaquia fue en sus inicios costumbre de caballeros, pero durante el siglo XVIII comenzó su democratización con el toreo a pie. Entre los primeros ejemplos de diestros profesionales cordobeses se encuentran Francisco González Díaz, Panchón, muerto en 1784 por una cogida en la plaza de Hinojosa, o Rafael Pérez de Guzmán –hijo de los condes de Villamanrique del Tajo-, que pasó a la historia desde su corrida inicial donde mató ocho toros en Sevilla a beneficio de los presos pobres. Pérez de Guzmán falleció en 1838 defendiéndose con su estoque de una partida de bandoleros en las planicies de la Mancha.
La exposición arranca de forma temática en 1841, fecha de nacimiento de Lagartijo, dando fe de la irrupción de las sagas familiares que en Córdoba han marcado la tauromaquia, como los Luque y González, los Rodríguez, los Molina, los Bejarano, los Flores o los De la Haba. Geográficamente, incluso se podría centrar dicha ebullición del toreo que sustituye la aristocracia a caballo por la llegada de diestros a pie (en su mayor parte) nacidos entre las clases populares.
Los orígenes sociales pasan de la aristocracia de Pérez de Guzmán a la frase “más cornás da el hambre”, acuñada por el diestro Espartero y que se puede aplicar desde Lagartijo a El Cordobés. La muestra se subdivide en ocho áreas, la primera de las cuales recibe el título de Sobre la fiesta de los toros (como prólogo general), seguido de Arena Cordobesa para pasar a las secciones monográficas dedicadas a Rafael Molina, Lagartijo (1841-1900), Rafael Guerra, Guerrita (1862-1941), Rafael González, Machaquito (1880-1955), Antonio Cañero (1885-1952), Manuel Rodríguez, Manolete (1917-1947) y Manuel Benítez, El Cordobés (1936).
La imagen de la invitación de la exposición, y uno de los elementos de interés de la muestra, es un cartel sobre Antonio Cañero de gran formato (óleo sobre lienzo, 177 por 99,5 centímetros) obra de Alfonso de Olivares, singular representante de la vanguardia histórica española formada por integrantes de la Generación del 27 (Bores, Cossío, Dalí, Benjamín Palencia y Manuel Ángeles Ortiz, entre otros). Olivares, hijo del conde de Artaza (propietario de la finca Cuevas de Artaza en Córdoba), introdujo a Picasso en los círculos y estudios parisinos de esta generación de artistas. La obra surgió a raíz de una corrida de Cañero, amigo de Olivares, en 1925 en París a beneficio de los heridos de Marruecos. El cuadro, que rezuma modernidad y vanguardia, fue regalado por la viuda del pintor al Museo Taurino de Córdoba, donde no se exponía por problemas de espacio. Ahora ha sido recuperado y restaurado.
La intención de la muestra, cuyo comisario es el responsable de exposiciones de Vimcorsa, José María Baez, es extraer de los objetos expuestos la calidad documental y la capacidad de desvelar el pasado de la ciudad, con independencia de su valor artístico.
El próximo mes de septiembre, la exposición continuará su recorrido por Murcia.