Viveiro (Lugo), 1798 – Vigo (Pontevedra), 4.XII.1883
Este polifacético médico y literato gallego difundió la vacuna de la viruela, fue el primer médico que vio en España casos de la epidemia de cólera-morbo en 1833 y propuso las islas de San Simón y San Antonio para crear un lugar en donde pasasen las cuarentenas los barcos procedentes de zonas endémicas.
Por todos estos méritos, recibió, entre otras distinciones, la llamada «cruz de Epidemias» –hoy Orden Civil de Sanidad– establecida en 1838 para premiar los servicios y méritos prestados en la asistencia a luchas sanitarias o epidemias, como los que han prestado y prestan todos los sanitarios españoles en la pandemia del COVID-19.
Era hijo del cirujano Vicente Taboada de la Torre, que tenía dos hermanos médicos, y de María Leal Fernández. Fue alumno del Colegio Insigne de dicha ciudad, siendo compañero de Gregorio Morales Pantoja, destacado carlista, y de Tomás Mariño Pardo, un adelantado de la Aeronáutica. Mantuvo relación con otros destacados convecinos, como Antonio Noguerol Soto, médico de la Armada, Vicente Manuel Cociña, diputado y periodista, y Luis Trelles Noguerol, abogado y fundador de la Adoración Nocturna.
Hizo los estudios de Medicina en la Universidad de Santiago de Compostela, publicado en 1822 un opúsculo de exaltación de los liberales que lucharon durante el Trienio Liberal contra los Cien mil hijos de San Luis.
Su primer destino como médico fue en San Estebo de Oca, A Estrada (Pontevedra) (1923), en donde desarrolló una importante labor en la difusión de la vacuna de la viruela. En 1828 era asistente voluntario en el Hospital de la Caridad de Vigo, donde ejerció durante sesenta y cinco años. Fue médico titular del gremio de mareantes de la Ría de Muros hasta 1830, del puerto de Vigo y su distrito, asesor de la Junta de la Ría y Puerto de Vigo, consultor de la Junta de Sanidad, subdelegado de Medicina y segundo ayudante honorario del Cuerpo de Sanidad Militar. Era corresponsal de la Academia Médico-Quirúrgica de Galicia y Asturias, académico correspondiente de la Real Academia de la Historia, socio de mérito de la Academia Médica de Santiago, miembro correspondiente de la Sociedad Económica de Amigos del país de Santiago, comendador de la Real Orden de Isabel la Católica y cronista oficial de la ciudad de Vigo (1840), cuyo ayuntamiento le dedicó la alameda.
Fue el primer médico que vio en España casos de la epidemia de cólera-morbo (1833) que causó cincuenta y tres muertos en dos meses, siendo recompensado con la cruz de Epidemias y la cruz de Isabel la Católica. Propuso las islas de San Simón y San Antonio para crear un lugar en donde pasasen las cuarentenas los barcos procedentes de zonas endémicas, compitiendo con las ofertas de las islas próximas a los puertos de La Coruña, Vilagarcía y Pontevedra. También estudió las aguas mineromedicinales, continuando el trabajo del químico Antonio Casares que había sido Rector de la Universidad de Santiago, y que sentará las bases del análisis y clasificación de las fuentes gallegas.
Por su producción bibliográfica se puede ver que era un ilustrado, preocupado no sólo por los aspectos de su profesión, sino también por las cuestiones culturales. Madoz utilizó en su Diccionario su trabajo sobre la descripción de Vigo y sus alrededores. A su muerte dejó inéditos varios trabajos.
Adolfo de Abel Vilela
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