Quizás por la normalidad con la que ya vivimos el hecho de tener agua corriente en casa, olvidamos las dificultades que nos hubiera causado el hecho de no tener acceso a ella durante el confinamiento. Por ello, creemos ineludible recordar la figura de Juan Ribera Piferrer y de su compañero Juan Rafo.
En 1848, ambos fueron comisionados para estudiar la traída de aguas desde el río Lozoya hasta Madrid. En apenas nueve meses prepararon una memoria –publicada en 1849– que preveía el abastecimiento para el doble de la población que tenía por entonces la capital. Esta misma memoria sirvió de base para la creación del Canal de Isabel II, que trajo el agua desde el mismo río hasta la capital. En apenas siete años, en 1858, el agua llegaba ya a la céntrica calle San Bernardo de la capital, momento en el cual Ribera Piferrer accedió a la dirección del Canal de Isabel II, cargo que ocupó hasta 1867.
Cursó estudios de Arquitectura en la Real Academia de San Fernando y en 1834, tras la reapertura de la Escuela de Caminos, fue admitido en ella. Terminó la carrera dentro de la primera promoción, en 1839. En 1840 se le encargó la realización de un plano de Madrid y hasta 1843 realizó varios trabajos urbanísticos en la capital. En 1844 formó parte de la junta facultativa nombrada por el Ayuntamiento de Madrid para estudio de los proyectos existentes para el abastecimiento de aguas. En marzo de 1848 fue encargado, junto con su compañero Juan Rafo, de estudiar sobre el terreno los proyectos para traída de aguas del Lozoya a Madrid. Tras nueve meses de trabajos, en los que aforaron la corriente, efectuaron las nivelaciones y analizaron las aguas, presentaron una Memoria que preveía el abastecimiento a una población doble de la existente. Fue aprobada como proyecto provisional y sirvió de base para el planeamiento de las obras. En noviembre de 1848 fue nombrado profesor de Arquitectura civil en la Escuela de Caminos; pero, al crearse la empresa del Canal de Isabel II, pasó al servicio de este organismo. Participó en la construcción de todas las obras de la conducción y en 1855 fue nombrado subdirector. Accedió a la dirección en 1858, después de la inauguración de las obras. En 1857 fue nombrado junto con los ingenieros del Canal, Lucio del Valle y José Morer, para realizar el proyecto de la reforma de la Puerta del Sol de Madrid. Por esas fechas, sin dejar su puesto en el Canal, era vocal extraordinario de la Junta Consultiva de Caminos, Canales y Puertos. En 1863 realizó el proyecto de un canal de riego para aprovechar las aguas excedentes del abastecimiento de Madrid. Cesó como director del Canal en 1867, quedando como vocal de la Junta Consultiva, cuya presidencia llegó a ejercer de forma interina en 1875. En febrero de 1879 fue jubilado “con sorpresa y sentimiento de sus compañeros y subordinados”, según consta en la necrología que le dedicó la Revista de Obras Públicas.
Fernando Sáenz Ridruejo
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