Conversa con tus personajes, dialoga con tus criaturas: ¿Cuánto diálogo meter en tu novela? ¿Son todos los diálogos relevantes? ¿Por qué al leer hay diálogos realistas y otros nos rechinan? ¿Cómo empapar las palabras con personalidad de los seres que has creado? La localización geográfica, el propio género literario e incluso el lugar y la época en que sucede la acción influye sobre la forma de hablar. No se trata solamente de un lenguaje quevediano o el de una ratchet o un criptobro. El acento con aroma a barrio de artistas parisinos o a isla, o a la autoritaria voz de la guerra. ¿Por qué hablan tus personajes? ¿Qué quieren y de qué humor están?¿Son transparentes u ocultan algo? El idiolecto -el habla personal de cada cual- nace de consejos de madres o padres, refranes de yayas y yayos, del barrio humilde o pudiente. Lenguas guasonas, irónicas, malhabladas, soeces o refinadas o comida por el gato. Trastornos y labios o dientes que moldean una pronunciación característica. El diálogo agiliza la acción, construye la emoción y retrata a nuestras criaturas.
Descubre con nuestras dinámicas qué quieren expresar y cómo: desatasca sus conflictos creando situaciones con nuestras técnicas de inspiración.
Taller impartido por Mariajo Orellana.
Suscríbete a nuestra newsletter y mantente informado de las actividades y eventos de Fundación Ibercaja.