Biodanza

La Biodanza utiliza la música, el movimiento y la interacción grupal. A través de determinados ejercicios favorece el buen funcionamiento del sistema simpático y parasimpático, responsables de mantener a las personas equilibradas. Una experiencia lúdica, musical, creativa, vital y afectiva a través de ejercicios de movimiento corporal. Trabajamos la expresión natural y la conexión con el grupo, reforzando la autoestima, ayudándonos a crear vínculos, reforzando la motivación, la comunicación y la salud en general.

La Biodanza estimula hormonas de la felicidad, como la oxitocina, que generan bienestar. Lo hace a través de la música orgánica, el grupo, la danza, el contacto, la mirada, y la conexión. La Neurociencia destaca el poder de la danza y su capacidad de sincronizar los corazones, favoreciendo la felicidad y empatía.

Saber ‘danzar’ la vida, reconocer mi deseo profundo de cómo quiero vivirla, tomar conciencia de mis capacidades y atreverme a llevarlas adelante, desarrollar mi inteligencia afectiva, la expresión de mis emociones, y saber establecer vínculos sanos, son las claves de este sistema.

Las propuestas dinámicas de autoconocimiento que plantea Biodanza nos ayudan a comprender qué nos ocurre en el cuerpo y a entender nuestras emociones. Ciertos movimientos las estimulan y transforman, ayudándonos a expresarnos y reconocernos.

Es un espacio seguro y enriquecedor para descubrir quiénes somos, desarrollar una mayor empatía y comprensión hacia nosotras, nosotros y las demás personas, y cultivar relaciones más auténticas y significativas.

Se trata de conectar con lo que sientes y expresarlo a través de un movimiento que tenga sentido para ti, por eso no consiste en coreografías o pasos a seguir. No requiere saber bailar, lo que se busca es rescatar el propio ritmo, saber encajar en la vida y con las demás personas. El resultado es una identidad fortalecida y un mayor bienestar.

Un espacio sano y seguro para:

• Flexibilizar el cuerpo
• Mejorar la comunicación
• Crear vínculos
• Desarrollar la creatividad
• Aumentar la capacidad de escucha
• Resolver conflictos
• Equilibrar la autorregulación entre la acción y el descanso
• Fortalecer el valor y la confianza
• Desarrollar la autoestima y mejorar la expresión emocional
• Restaurar el sentido de pertenencia y favorecer las relaciones humanas sanas
• Disminuir la depresión y aumentar el tono del estado de ánimo
• Reconocer la esfera emocional y cómo se manifiesta en nuestro cuerpo

Ana Ezquerro, de Biodanzalia es facilitadora de Biodanza Sistema Rolando Toro, y licenciada en Ciencias de la Comunicación. Certificada en la especialidad de Biodanza y Neurociencia, Biodanza, Corporeidad y Voz, y Educación Biocéntrica, entre otras. Con estudios de Igualdad y Perspectiva de Género.

Fundadora de Biodanzalia, facilita desde hace más de 10 años grupos presenciales de Biodanza en Logroño y Navarra para jóvenes, adultos y personas de la tercera edad. Y también cursos online.

Público en general.