La cueva de Altamira. 150 años de historia y 40 de Patrimonio de la Humanidad

La Cueva de Altamira, descubierta en el siglo XIX, tiene el privilegio de ser el primer lugar en el mundo en el que se identificó la existencia del Arte Rupestre del Paleolítico. Su anecdótico y casual hallazgo, y posterior estudio supuso un trascendental cambio sobre el concepto que se tenía hasta el momento de nuestros antecesores, en la época de cazadores-recolectores del Paleolítico.

Aunque su inmenso valor no fue reconocido hasta el descubrimiento de otras cuevas de Europa, principalmente en Francia ya en el siglo XX, Altamira guardaba en las pinturas de su interior un mensaje revolucionario, frente a las teorías tradicionales e imperantes en la época.

Fundación Ibercaja Actur acoge en su centro a un estudioso santanderino, experto en este apasionante tema, para recordar y celebrar dos aniversarios que cumplen años en 2025:

• 150 años desde que, en 1875, Marcelino Sanz de Sautuola visitó por primera vez la cueva y comenzó a indagar en el asombroso misterio que ocultaba dentro.
• 40 años desde que, en 1985, se le concedió el reconocimiento internacional merecido, y fue inscrita por la UNESCO en la lista de bienes declarados como Patrimonio de la Humanidad

Inscríbete y descubre la apasionante historia de estas pinturas que se han convertido en el icono universal del arte rupestre paleolítico.

Público en general, interesado en temas culturales.

Imparte

Gonzalo Sánchez Eguren. Licenciado en Historia, en Ciencias Políticas y en Antropología Social y Cultural por la UNED; Máster interuniversitario en Historia Contemporánea en la Universidad de Santander; y especialista en catalogación, digitalización y archivo de imágenes fotográficas históricas del Ayuntamiento de Santander.

Fotografía de Pedro Saura Ramos.